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Jacqueline Valenzuela

MI HIJO DANIEL

VIERNES 8 DE JULIO

DANIEL
Menos mal que la historia cambia y que cuando miras hacia atrás, la puedes reinterpretar, y el cuento cambia.
Así, este miércoles en mi dramón por mi hijo Daniel, suspendido por pegarle un combo a un compañero, con resultado de fractura de nariz, hoy ya no es dramón. El hecho no lo puedo cambiar: el combo y la fractura de nariz de su compañero. Lo que digo del incidente ha cambiado en dos días. No latearé con mis sentimientos de madre fallida del día Miércoles y mis lágrimas compasivas y mis preguntas ¿qué hago? Hoy ya he cambiado mis cuentos y me parece maravilloso el fenómeno de nuestras narrativas. No hice gran esfuerzo para que pasara (como en otras ocasiones) y el nuevo cuento que tengo me da alegría y lo fundo en lo siguiente:

Daniel pudo disculparse hoy día, para mí eso es importante. Como lo es el que aprenda a dar las gracias (me las dio por mi apoyo) y a decir yo soy responsable de las consecuencias del combo. También es importante que aprenda a pedir ayuda y todo esto ha pasado en 48 horas, todos estos actos los ha realizado y nuevamente lloro, pero de emoción.

EJERCICIO
Es revitalizante el ejercicio diario, insisto, lo que se logra con un cuerpo fuerte (pesas, músculos tonificados),un cuerpo flexible (elongaciones), un cuerpo con resistencia (trabajo cardiovascular) hace que algo pase en tu mente, en tu alma y en tu espíritu.

2 comentarios

Carolina Valenzuela -

Daniel siempre con las suyas, le hace honor a su nombre por lo travieso, creo que ha cambiado con el tiempo, es un logro que haya pedido disculpas y sobre todo que te haya agradecido por tu apoyo, hace tre meses y días que no lo veo, pero por el teléfono parece un hombrecito con su voz ronca y lo vigotudo que debe de estar.
Desde que me hablaste de tu blog lo leo siempre, me gusta saber las cosas que estás haciendo, hace que me sienta más cerca tuyo.
Por aquí organizando mi viaje a la Tierra del Fuego lugar donde voy a vivir, esperando con ansias ir a Santiago para estar con ustedes y poder darte un gran abrazo.

Margaret Gonzàlez -

Sra Jacqueline por momentos como esos pasamos todas las madres. Creo que a pesar del mal rato, usted tiene motivos suficientes para estar orgullosa de su hijo porque abundan poco las personas que son capaces de reconocer que se han equivocado y mucho menos de pedir disculpas. Tambièn se puede sentir orgullosa de usted como madre porque los hijos no se dan silvestres, hay que educarlos y guiarlos por el buen camino y me imagino que su actitud ante esa situaciòn es el reflejo de lo que ustedes como padres han sabido inculcarle a su hijo.