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Jacqueline Valenzuela

Cierra los ojos y ve¡¡¡

Cierra los ojos y ve¡¡¡

He seguido pensando en esto de la  ley de complejidad-conciencia, y del punto omega que nos habla Pierre Teilhard de Chardin, y me pregunto si esto no significaría que finalmente, en nuestra evolución lleguemos a convertirnos en humanos de verdad, es decir, que aparezca lo que idealizamos, buscamos con tanto afán, un mundo solidario, de amor y paz.

Sigo conversando con Dios, (esto quiere decir que me contesta) lo que me tiene optimista, así que pienso que la dirección de nuestra evolución es humanizarnos, que puede ser a la vez divinizarnos o bien simplemente realizar lo que ya somo,s pero no vemos. Por otra parte, esto significa que aún no somos tan humanos como creemos y esto hasta me suena coherente, que no somos aún lo que anhelamos. Y que nos falta harto para ser seres Humanos.

 ¿No es el mundo de Dios el que soñamos, sea cual sea la religión? ¿No será que todo el camino recorrido por el hombre es finalmente llegar a un mundo divino? Por algo es que lo soñamos, porque lo conocimos, porque está grabado en alguna parte de nuestro ADN, listo para explosionar, cuando así lo determine la Conciencia Cósmica, Dios. Soñamos sobre lo que conocemos, buscamos lo que conocemos. ¿Será ese nuestro salto cuántico evolutivo? Una ampliación de conciencia que nos lleve a la reconexión divina.

Es extraño que pese a que tenemos tantas crisis de todo tipo, calentamiento global, crisis financieras, de la naturaleza, guerras, hambrunas, etc, hoy más que nunca confluyen científicos y pensadores espirituales con una mirada esperanzadora para la humanidad. Acercarnos al estudio del microcosmos nos dio una nueva perspectiva de la realidad y la posibilidad de Dios emergió. Ciencia y religión comienzan a tener un horizonte común, un Dios creador, que al observarnos nos colapsa, nos crea (como en la física cuántica) y un Dios que nos acoge como meta cúlmine de nuestra evolución, como un orden que se despliega (David Bohm, físico cuántico). Y las religiones coinciden en el camino de la meditación, la oración, la introspección, la compasión. ¿No será que para conocer a Dios basta con cerrar los ojos? Bueno y también a preguntarle…¿estás ahí? De seguro que les contesta¡¡¡¡

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