NO PUEDO PROBAR QUE DIOS EXISTE
No puedo probar que existe Dios, tampoco puedo probar que no existe Dios. Al menos no, con el “método científico”
A veces me preguntan si creo en Dios, y me sonrío, la pregunta me llama a razonar una respuesta, porque decir creo en Dios, es para mí un proceso mental. Diferente sería que preguntaran ¿sientes a Dios?, esa sería una pregunta más fácil de contestar, ¡por supuesto¡
Me toco la cabeza y digo, “sé que Existes”, me toco el pecho y digo “siento que Existes”, sacudo mis hombros como bailando cumbia y digo “vivo en Tí”.
He llegado a la conclusión que la existencia de Dios es una experiencia personal, como comer una fruta, no puedo verbalizar quien es, ni puedo mostrarle a otro como sabe. Por eso me hace sentido cuando escucho en las religiones que hablan del Innombrable, de YHWH (vocales de Adonai), quien es demasiado sagrado como para ser pronunciado.
Quizá una de las formas de hablar de Dios es por medio de las artes, la poesía, la música, la pintura. Y aún desde la poesía, la metáfora se queda corta para hablar de Dios y desde la pintura no hay colores para Mostrarlo y alguna música nos logra dejar una nostalgia que la asemejamos a El.
Mi invitación es entonces a vivir en Dios, porque también se puede hablar de Dios, cuando hacemos con cuidado todo lo que hacemos, es decir, poniendo atención y dando lo mejor que tenemos en nuestros trabajos y acciones. Cuando logramos esa entrega, fineza, dedicación, yo digo “vivo en Tí” y me sonrío (¿o El vive en mí?, Meister Eckhart podría decirlo de esta forma: “Hay un algo en el alma, donde vive Dios, y hay un algo en el alma por lo que el alma vive en Dios”)
Como veo que Dios es una experiencia personal, no intento que otros, ni puedo forzar a que a otros les pase lo que experimento, sólo puedo inclinarme al misterio de la Experiencia Sublime.
Por eso me inspira tanto Meister Eckhart cuando dice: “Ah, si los ojos del alma estuvieran abiertos, de modo que la razón contemplara la verdad, creedme, el hombre sería capaz de abandonar tan fácilmente todas las cosas como un guisante o una lenteja; sí, en mi alma, el mundo entero sería para un hombre semejante como una nada! (... ) Para aquel hombre que conoce realmente la verdad, no tiene el menor valor renunciar al mundo entero y hasta a sí mismo. ¡Oh, para el hombre que vive así, el mundo entero es en verdad demasiado propio!
No sé si son palabras de fin de año, o si tienen que ver con lo que pasa hoy en el mundo, en verdad el tema del que quería escribir hoy, es que mañana es mi cumpleaños, pero por una misteriosa razón aparecieron en la hoja en blanco todas las palabras anteriores. Gracias Amigo por tus palabras, mejor regalo no podía haber esperado¡¡
1 comentario
Gracia y Paz de Dios -
Dios te bendiga.