Mi última biografía
Nací en el planeta tierra, me tocó ser ser humano y hembra. Mis ojos se cegaron de luz por primera vez, el último día de un año terrestre, en una ciudad llamada Valparaíso.
Crecí en una casona antigua, con paredes de barro y cornisas de yeso. Fui adulta de inmediato aunque mi cuerpo fuera en rezago. Jugué mucho, todavía no paro de hacerlo, para eso estoy aquí ¿ o no?
Cuando era pequeña fui sabia, leía y entendía, podía comunicarme con otras dimensiones, era libre y con un solo pestañeo creaba universos llenos de luz y vida.
Con la etapa de adultez de mi cuerpo, llegó la ceguera y el olvido de la vida, tuve hijos, trabajé, viajé, conocí algo del resto del mundo, estudié, gané dinero.A veces miraba para atrás y recordaba las capacidades perdidas y me preguntaba cómo recuperarlas, pero había tanto que hacer, veinticuatro horas ocupadas, con algo, los siete días de la semana.
Después de más de cuarenta años, un día cerré los ojos y pude ver. Desde ese día sigo con los ojos cerrados para regalarme la luz. Vivo en la oscuridad, pero iluminada. Camino sabiendo que puedo crear todos los mundos, con la sonrisa en los labios, con el brillo en los ojos. En realidad es imposible dejar de brillar, siempre lo he hecho, siempre será así, porque siempre fue, es y será. Sólo basta cerrar los ojos y saber quien Eres.
1 comentario
Maritza -
Es cierto que es necesario apagar los motores de vez en cuando y darse un tiempo para pensar, meditar, sentir y no olvidar que ademas de existir fisicamente existimos espiritualmente tambien.