POEMA DE GRADUADOS
Niebla blanca, dulce, espesa,
me acaricia los dedos del pie
y sube por mis piernas.
Húmeda y blanca,
dulce y espesa.
Como en sábanas de amantes
me atrapa y me confunde.
Dejo que me acaricie y seduzca,
dejo que se meta en mis ojos
para sacar lágrimas
y entre a mi corazón
para desagarrarlo lentamente.
Y entonces, recuerdo añejo,
aroma que estas nieblas evocan
para que algo aparezca.
Ahora sé lo que he añorado,
maná que había negado.
Aparecen las imágenes de antaño,
donde la sorpresa y el juego
eran semillas y espigas,
eran placer y gozo,
eran todo,
y eran nada.
Y sin preguntas y con todas,
me lanzo al abismo
donde me acoge la niebla,
pero esta vez no me enreda ni atrapa.
La traspaso rauda y alada
para llegar al fin y al principio,
para estar ahí,
en lo cálido y amoroso.
Heme aquí con mi ser expuesto
al mundo que no elegí,
con la piel erizada,
la boca jadeante,
y de rodillas aceptando
el regalo que los dioses
han dispuesto para mí,
Mi alma lo comparte con todos ustedes.
me acaricia los dedos del pie
y sube por mis piernas.
Húmeda y blanca,
dulce y espesa.
Como en sábanas de amantes
me atrapa y me confunde.
Dejo que me acaricie y seduzca,
dejo que se meta en mis ojos
para sacar lágrimas
y entre a mi corazón
para desagarrarlo lentamente.
Y entonces, recuerdo añejo,
aroma que estas nieblas evocan
para que algo aparezca.
Ahora sé lo que he añorado,
maná que había negado.
Aparecen las imágenes de antaño,
donde la sorpresa y el juego
eran semillas y espigas,
eran placer y gozo,
eran todo,
y eran nada.
Y sin preguntas y con todas,
me lanzo al abismo
donde me acoge la niebla,
pero esta vez no me enreda ni atrapa.
La traspaso rauda y alada
para llegar al fin y al principio,
para estar ahí,
en lo cálido y amoroso.
Heme aquí con mi ser expuesto
al mundo que no elegí,
con la piel erizada,
la boca jadeante,
y de rodillas aceptando
el regalo que los dioses
han dispuesto para mí,
Mi alma lo comparte con todos ustedes.
3 comentarios
andrea -
leyda rodriguez -
Mary -
Mirando hacia atras es como un sueno de suenos
si uno pudiera elegir el destino,
solo queda aceptar con alegria,
dejandole a los dioses esa tarea,
talisman de mi alma lo llamaria
para que sea un regalo y no una cruz.
Lo que ha de ser sera y asi esta bien.
Somos especiales, hemos tenido privilegios,
una historia que contar y aun un presente por vivir.