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Jacqueline Valenzuela

Más Conversaciones con Dios

Más Conversaciones con Dios

Como que me da susto decir que converso con Dios. Y es que pese a que gran parte de la gente cree en Dios, cuando tú dices que conversas con EL, se sonríen y te das cuenta que piensan que eres “loquita”. Bueno aquí sigo conversando, cada vez con más  frecuencia y confianza, porque te las contesta todas.

Ahora me habla aunque no le haya llamado, aparece entre mis pensamientos, no como un pepe grillo, aparece en mostrarme lo que no sé, o he olvidado. El otro día iba en avión sobre una tormenta de rayos y pensé en la muerte como antaño lo hacía y con algo de miedo, yo que decía que la muerte ya no me daba miedo y saben lo que me dijo?. Me DIJO que estaba bien tenerle un poquito de miedo a la muerte, (un poquito) porque estábamos aquí en la vida para vivirla, con el impulso de la vida y no con el impulso de la muerte, sino para qué estamos en esta vida. Estamos en esta vida para vivirla y aprender, aún no tengo claro que es lo que aprendemos, aunque lo relaciono que estamos aquí, en la vida, para aprender a amar que sería la materia prima de Dios y si no sabemos amar, ¿cómo podremos pasar a SU vivir, en el camino que llamamos muerte, sin ese aprendizaje?

¿Cómo aprender amar? Esto era sencillo y difícil, como todo lo que se aprende, al principio difícil, luego más fácil. Primero se parte con comenzar a ver los demás, como me veo a mi misma, al otro, al prójimo, al próximo. Y claro esto es difícil de hacer, porque aunque estamos rodeados de personas, no necesariamente las vemos como otro, así como yo me veo. Más aún, para alguno esto puede ser extrañísimo porque nunca han tenido la práctica de “mirarse a sí mismos”, es decir ponerse de observadores del observador que son.

Para aprender amar, primero tenemos que ver al otro, al prójimo, como otro yo, tan válido como yo. Es como lo que decía Joseh Campbell “Tú eres eso” (“Tat twam asi”), en su inspiración de la pregunta de  Schopenhauer (“Sobre los fundamentos de la moral”)¿Cómo es posible que un sufrimiento que no sufro yo, ni me concierne, me afecte inmediatamente como si fuera mío, y con tal fuerza que me lleva a la acción? Esto pertenece a lo misteriosum, no tenemos explicación, cuando el impulso nos lleva a socorrer a otro, incluso poniendo en peligro nuestra vida. La respuesta a la pregunta es que: “Tú eres eso”, es porque lo que le pasa a ese otro, tú lo sientes porque eres ese otro. Entonces para aprender amar, este es el primer paso, ver en los otros, a ti mismo. Descubramos que no siempre vemos a los “otros”, la esclavitud de nuestros semejantes es una ejemplo, la marginación por sexo, creencias, política son ejemplos recientes y actuales, dónde hay “otro” que no vemos, que no siquiera existe en nuestro pensamiento.

Pero continúo con mis conversaciones con Dios, pudorosas aún, porque no me suelto como converso con los amigos, como que la reverencia por SU sabiduría es tremenda, entonces te quedas callada, diciéndote, puchas, cierto, esto es así. Me aparece ( a mi ego) la insignificancia de mis preguntas, temores, como una niña chiquita, y EL, me las respeta, las toma en serio. Es como que no muchos de nosotros conversaran con EL, entonces siempre está ahí para ti, para mí.

Pocas instrucciones he recibido, en realidad sólo una, la de pintar, y lo hice, aquí está el resultado, un río de savia profunda, de colores del corazón de la tierra, desde los cuales emergen múltiples luces y colores, la creación misma. Este cuadro fue mi regalo, emergido de las conversaciones con Dios. ¿Cuál podría ser tu regalo si conversaras con EL?

1 comentario

Maritza -

Mi regalo seria dejarlo todo y seguirlo, solo que para eso me tiene que mostrar el camino, tal vez ya estoy en el y tomarle la mano a otro para que venga conmigo en este viaje.
Al parecer El siempre nos escucha y cada vez tiene mas tiempo, porque nosotros cada vez tenemos menos tiempo para sentirlo y escucharlo.
Interesante tus conversaciones con Dios y la fe que pusistes en esa pintura.Hermosa por lo demas, todo lo que viene de Dios es hermoso y perfecto.
Saludos.