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Jacqueline Valenzuela

Palabras para tus Cincuenta años

Pensé en buscar palabras para este día,
pero llegaron solas,
o estaban ahí, esperando,
esperando algún momento para volar,
esperando la brisa exacta que las dejase ser atrapadas por tus manos.
¿o caerían en tu boca para ser gustadas?,
¿ o en tus oídos?
para regalarte profundidades de mar,
trinos de flautas, coros de sirenas.
Y aparecieron las palabras para acariciarte
y para esos aromas que te estremecen y te cimbran.

Se asomaron con un ojo, esas palabras tímidas,
y se presentaron las incómodas,
danzaron las ufanas y las entusiastas,
como olas acudieron las tiernas y las fogosas,
como nubes las tristes y las llorosas,
como música divina las más esperadas,
las de amor del alma.

Ya era fácil hacer esta sinfonía,
sólo era preciso ubicar las palabras adecuadas
para este concierto a celebrar y también para decir lo que te quiero decir.
Porque busqué palabras para decirte lo que mi alma dice,
pero como ves, ellas llegaron solas,
como regalos anticipados para ti.

Tantas eran y se me perdían las que te quería entregar,
y me ahogaba el decirte todo lo que mi alma siente,
ese amor oculto, terrible y fuerte que me posee,
que me invade y me trasciende,
que me despierta el rugido y el gemido, la risa y el llanto,

Y aquí estoy tratando de elegir palabras que digan
lo que mi alma dice,
y finalmente he optado
por regalarte mi alma,
que es sin palabras.

Santiago, 14 de Agosto de 2004

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